martes, 5 de mayo de 2015

La inteligencia que necesitamos

Howard Gardner, uno de los 100 intelectuales más influyentes del mundo y Premio Príncipe de Asturias, nos enseñó que cada persona posee, además de la inteligencia cognitiva, otro tipos de inteligencias que nos ayudan en aspectos tan necesarios como la generación de nuevas ideas y la capacidad de crear, la posibilidad de llegar a acuerdos, o lograr la confianza en uno mismo y en los demás. Son las que conocemos, entre otras, como inteligencia emocional, inteligencia social e inteligencia creativa.

La inteligencia emocional es una inteligencia que es decisiva, sobre todo, para desarrollar algunas de las actitudes, capacidades y habilidades que los españoles necesitamos en estos momentos tan cruciales de nuestra historia. La gestión adecuada de nuestras emociones nos permite ser más creativos e innovadores, siendo capaces de superar el miedo a la crítica o al fracaso; o en nuestra capacidad de crear confianza, o de ponernos en el lugar del otro para entenderle mejor y descubrir qué nos une a él más allá de las diferencias; o para solucionar los conflictos sin violencia y de forma constructiva; o para aprovechar la fuerza que tienen emociones como la frustración.

Sabemos que existe, sabemos que la necesitamos más que nunca y sabemos cómo desarrollarla, así que tenemos la oportunidad de enfrentar todos los retos formativos y educativos que cada uno de nosotros tenga por delante de una forma nueva, más inteligente. Pensando en una formación que incluya los aspectos cognitivos, pero también los emocionales, sociales y creativos. Sabiendo que, para nuestro futuro, incluso más importante que lo que sabemos es cómo usamos nuestras emociones para buscar y encontrar soluciones y nuevas formas de afrontar los retos.

Por otro lado, la educación de las emociones no es un lujo. Es una necesidad imperiosa que tenemos que afrontar desde las primeras etapas del sistema educativo. Si hacemos ahora esa apuesta en nuestro país, habrá más posibilidades de que los ciudadanos sean personas sanas y equilibradas, menos agresivas y más solidarias, con iniciativa, creatividad y liderazgo. En definitiva, necesitamos una escuela más abierta que potencie la inteligencia emocional, social y creativa con el humilde, y a la vez tan humano, propósito de aprender a convivir y ser felices.

En definitiva, la inteligencia emocional es el tipo de inteligencia que necesitamos desarrollar para ser más creativos, para entendernos mejor unos a otros, para generar confianza y para atrevernos a buscar nuevas formas de hacer las cosas.



Fuente: Fernández-Berrocal, Pablo (26 noviembre 2013), ''La inteligencia emocional''. El país; http://elpais.com/elpais/2013/11/18/opinion/1384787014_634340.html
Imágen: Extraída de Google

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